Si por un momento pudieses mirar en tu interior, y buscar dentro de tu corazón, tus valores, tus virtudes, tus pasiones, volver a ser pequeño y sacar de tu corazón un listado totalmente ‘puro’ de tu definición de ti mismo, crees que coincidiría con las ‘etiquetas’ que llevas puestas por tu familia, tus amigos, tu trabajo… Estoy segura que no!!
Desde pequeño, dentro del ámbito familiar nos etiquetan, sólo tenemos que mirar en nuestra familia (padres, hermanos, tios, primos…) y pensar en cada uno de sus componentes: ‘responsable’, ‘cabezota’, ‘pájaros en la cabeza’, ‘egoista’, ‘sensato’, ‘gracioso’, ‘serio’, ‘trabajador’, ‘torpe’… algunas etiquetas son muy divertidas, pero otras muchas son como una loza de hormigón sobre nuestros hombros, que en el mejor de los casos nos permite andar por la vida, pero inseguros, cuestionándonos constantemente nuestros actos, y claro, el resultado es que … ya lo sabemos, nos lo han dicho siempre: ‘Tienes que cambiar,mejorar’.
Además, aprendemos a etiquetar, por lo que como adultos seguimos etiquetando y clasificando a los demás tanto en el ámbito laboral como por pertenencia a determinados grupos, partidos, empresas, y a los nuevos miembros que se incorporan a la familia, somos nosotros los que los etiquetamos.
Cada etiqueta que ponemos y que nos ponen, no es más que un ‘lastre’ que dirge la vida del otro, igual que han dirigido la nuestra. Es el momento de sentirnos libres y liberarnos de esas etiquetas, de las nuestras propias, para ello haremos un listado con las verdaderas nuestras, como dije al principio de este post ‘hacer un listado de nuestras etiquetas’ (atención!! Sólo en positivo, porque todas las cualidades son virtudes. Por ejemplo, ser vago, puede apriori ser un defecto, sin embargo, ser vago puede hacerte muy eficiente, y hacer en menos tiempo lo que otros tardan más, sólo hay que potenciarlo), y en segundo lugar: ’21 días sin etiquetar a otros’, escúchate al hablar y vigila tu vocabulario, ¿crees que tienes derecho a dañar a alguien? Yo creo que no, sobre todo porque la única ley de efecto inmediato en la naturaleza es la ‘Ley de la entrega: Da lo que quieres recibir’